Tanto el césped artificial como el césped natural tiene sus ventajas e inconvenientes. Repasamos los aspectos más importantes.
El césped natural es una buena opción para los que tienen tiempo para dedicarse y cuidar a su jardín adecuadamente. Eso requiere recursos de tiempo, pero tiempo de riego, pesticidas etc. El césped artificial es más adecuado para aquellos que descubren que mantener un césped natural es una tarea en muchos casos inasumible. El césped artificial te ahorra tiempo de mantenimiento y recursos de riego. Por otro lado luce verde y esplendido todo el año. Tiene una duración larga y es muy decorativo.
La instalación de césped artificial exige una inversión más grande que el coste de sembrar un césped natural. Sin embargo una vez instalado, el césped artificial no exige apenas nuevos gastos de mantenimiento y limpieza.
Por su parte el césped natural continuamente genera costes de riego y mantenimiento.
A lo largo de los años probablemente el coste de las dos opciones está en un nivel parecido.
Un césped artificial de buena calidad puede durar hasta diez años y dependiendo el uso que lo damos en algunos casos más. El césped natural teoricamente puede durar para siempre, aunque no son pocos los que han visto su césped desaparecer por motivos de sequía, hongos o similar.
Es verdad que el césped artificial te exige una inversión inicial. Pero es igualmente verdad que una vez superada la primera inversión el césped no te genera apenas más gastos a lo largo de su vida útil. Ahorrarás en el consumo de agua y otros gastos de mantenimientos.