Probablemente este tipo de drenaje es lo que representa el mayor desafío. Generalmente con superficies orgánicas nos referimos a bases de tierra, arena o una base construida con gravilla.
En estos casos el drenaje pasa por dos sistemas.
- La capacidad de absorción del mismo suelo orgánico.
- Una pendiente de como mínimo un 2%.
La preparación del terreno es fundamental para un drenaje eficaz. Lo primero es comprobar la composición del terreno. En el caso de que esta fuera de un tipo arcilloso sería necesario un sistema más grueso. Orientativamente una capa de 15 centímetros de grosor de gravilla y arena.
Si la composición es otra y el suelo no suele encharcarse, podemos aplicar una capa de grava menos gruesa de unos 7 centímetros.